La voz del cuerpo
- Ale
- 8 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 16 jun

El cuerpo habla; tiene un lenguaje propio. Este, es difícil de descifrar en las prisas del día a día. Habla en susurros- requiere pausa, silencio y consciencia para ser escuchado. Solo quienes se detienen a sentir y desarrollan el poder de la interocepción, aprenden a traducirlo. Murmullos sutiles, presentes a lo largo del día. Mensajes enviados a través de sensaciones, emociones y en ocasiones molestias o dolores. Le gusta que lo escuchen a la primera, si es ignorado su voz se torna obscura, fuerte y permanente; no se va hasta ser escuchada y atendida. El cuerpo no grita sin razón. Sus señales son mensajes esperando atención (y si se puede plena y consciente, mejor).
Imagina los susurros (la voz gentil), como estos síntomas que van y a veces regresan a lo largo del día. El dolor de cabeza después de salir con tus amigas, beber una copa de vino, y dormirte más tarde de lo habitual. O, el dolor de estómago, después de comer esos "chilitos" deliciosos que te hicieron agua la boca, pero fuego prendieron en tu estómago. Imagina también al estómago lleno de "mariposas" cuando te enfrentas a una emoción intensa: “sientes nervio y emoción”, te dice a través de la sensación. "La pesadez" del cuerpo al final de la semana, esa que en lugar de susurrar, te canta al oído una canción de cuna para poder dormir temprano. El cuerpo encuentra formas de mandarte mensajes para que lo cuides mejor, para sobrevivir, tanto física como emocionalmente.
¿Te has detenido a escuchar y traducir las voces del cuerpo?
Parte de cultivar un cuidado a tu salud desde el amor, implica una escucha y conexión activa con nuestro cuerpo y sus necesidades. Una comunicación efectiva y recíproca, que atienda estas peticiones. Imaginemos a una niña: ¿cómo nos habla cuando nos pide atención, cuidado y cariño? A veces la tierna voz de la niña, al no ser correspondida, se torna en un grito explosivo, un llanto por atención…urgente. Igual el cuerpo con algunas enfermedades crónicas. Visualiza una voz que aclama, que grita, que exige: no me ignores más.
Con frecuencia, debido al estilo de vida, la mente y cuerpo sufren. A través de enfermedades o síntomas, pide que le demos más amor, atención y cuidado. Pausa; para escuchar, sentir y corresponder. Tu cuerpo te acompaña cada día. A veces no necesita que lo empujes… solo que lo escuches.
Intenta examinar tu mente y cuerpo conscientemente durante los próximos cinco minutos: inhala profundamente y exhala, repite tres veces. Luego, pregúntate con amabilidad y sin juicios: ¿Qué sientes? ¿Estás tranquila o estresada? Si escuchas algo que te quiere decir tu cuerpo, no intentes que desaparezca, acepta la incomodidad, la sensación o la emoción. Si tienes la posibilidad de repetir este ejercicio a lo largo del día, hazlo. El silencio, las pausas, serán clave para detectar estos susurros y murmullos, que llaman a la atención, cuidado, respeto y amor.
pd.
He creado una pequeña tabla para mostrarles algunos ejemplos de la voz gentil, que comunica una necesidad. A veces, estos signos y síntomas pueden deberse a enfermedades preexistentes que desconocemos y siempre es importante consultar con tu médico de confianza cuando no te sientas bien.

Te deseo una semana con muchas pausas conscientes,
Con cariño,
Ale
Tan necesario escuchar nuestro cuerpo, nuestro templo.