Amor propio, un acto de salud
- Ale
- 15 abr
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 9 jun
Claves para cultivar amor propio y cosechar bienestar.

¿Qué es el amor propio? El amor propio puede entenderse por esa relación que tenemos con nosotras mismas. Como con el amor hacia los demás, no implica reconocernos como perfectos, sino una constante actitud de aceptación, respeto, cuidado y reconocimiento. Salvo el amor instantáneo que sentimos por nuestros hijos, el amor, la mayoría de las veces, es un sentimiento que florece después de conocer, entender, aceptar y tratar con respeto, apertura y compasión a una persona y viceversa.
Debería ser fácil y natural amarnos. Sin embargo, vaya que cuesta hacerlo en la misma forma en que amamos a nuestros hijos, pareja, familiares y amistades. ¿No lo crees?
¿En qué momento de nuestra vida perdemos ese amor a nosotras mismas? ¿Qué ocasionó que la relación con nosotras mismas y con nuestros cuerpos se volviera una relación de amor-odio? ¿Algún comentario o trato en nuestra infancia por parte de nuestros cuidadores, profesores, amigos? ¿Mensajes recibidos en medios de comunicación y redes sociales? ¿Estándares de belleza naturalmente inalcanzables?
Los factores que debilitan nuestro amor propio y autoestima son muchos. ¿Qué hacemos ahora para reparar esa relación que tendremos por toda la vida? Tú contigo misma, con tu cuerpo, con tu mente. Hacer las paces y tener la mejor relación posible es clave para vivir plenamente.
Quizá la receta del amor propio tenga como ingredientes principales: el respeto, la aceptación incondicional, la autocompasión. Y así desde el amor y el respeto, el cuidado de nuestro cuerpo y nuestra salud será verdaderamente trascendente.
Los pasos para lograr crecer el amor a nosotras mismas son varios. Propongo empezar por aceptarnos. ¿Suena fácil verdad? ¿Cuántas veces hemos pensado que para podernos amar y aceptar, primero debemos perfeccionar cierto rasgo de nuestro cuerpo o personalidad? ¿Le diríamos a una amiga que sus piernas deberían ser más delgadas o musculosas para poder ser bella, aceptada, atractiva y amada? ¿Juzgaríamos el sentimiento de cansancio y la necesidad de descanso de nuestra amiga que acaba de ser mamá y no encuentra energía para acabar sus días? De la misma forma que el aceptar, validar, comprender, apoyar y ser compasivo con los demás les ayuda a ellos a sentirse mejor cuidados, atendidos y amados, el hacerlo con nosotras mismas nos acerca a un mejor cuidado y amor propio y por ende a una mejor salud, tanto física como mental.
Parte de esta aceptación y respeto es lograr desarrollar una comunicación amable con nosotras mismas, la cual es clave para el amor propio. Cuando nos hablamos de forma negativa una parte de nuestro cerebro que se llama amígdala (relacionada con el control de nuestras emociones) es activada, desencadenando mecanismos de estrés, miedo o ansiedad, activando vías de señalización para incrementar la producción de cortisol y adrenalina. La constante autocrítica nos lleva a sentirnos inseguras y menos capaces de alcanzar los objetivos que queremos lograr. Un consejo para salir de este hábito de juzgarnos y hablarnos negativamente sería hablarnos a nosotras mismas como si fuéramos algún amigo, hablarnos con más amabilidad, más respeto, más comprensión y compasión. Fingirlo hasta que logremos substituir los pensamientos o creencias irracionales que hemos hecho de nosotras mismas a lo largo de nuestra vida por pensamientos más positivos. Haciendo estas acciones que suenan pequeñas, daremos un gran paso a la aceptación.
Cultivar el conocimiento y respeto hacia uno mismo es otro paso importante para el amor propio. ¿Cuáles son nuestros valores? ¿A qué le damos más importancia? ¿Por qué cuido a mi cuerpo a través de la actividad física y la alimentación saludable?
Nos encontramos inmersas en la cultura de la dieta, donde el ideal de la belleza es una extrema delgadez, en donde la aceptación de la diversidad corporal es una constante lucha, la cual se puede llegar a convertir y traducir en mejor estar en guerra contra nuestro cuerpo para poder encajar en este estándar de belleza. La necesidad de una aprobación externa a veces nos aleja de la aceptación incondicional que estamos intentando cultivar. Vivir en guerra con nuestro cuerpo, nos aleja de aceptarnos, amarnos, respetarnos, nos aleja del amor propio. Esto nos pone en un estado de estrés crónico, antesala a cualquier enfermedad crónica.
Quizá la parte más difícil para muchas será la parte de la autocompasión. En un mundo que va tan rápido y demanda cada vez más, puede ser difícil no dejarse llevar por lo que se espera por los demás. Esto se puede traducir al trabajo, a una relación de amistad, de noviazgo o matrimonio, al estudio, a maternar... a ser todo lo que se debe y se espera ser en todo momento. Al mismo tiempo estamos inmersas en las vidas de todas las personas a través de las redes sociales lo que nos lleva a una falsa idea de que todos pueden hacer las cosas perfectamente menos nosotras; surge así este sentimiento de frustración y exigencia a una misma, de alcanzar lo inalcanzable.
Te invito a conocerte, aceptarte y que busques un objetivo de autocuidado y amor propio. Busca un “¿por qué?” alineado a tus valores. Que en el proceso, te veas con ojos compasivos y de admiración. Te hables como le hablarías a una amiga que amas.
En el siguiente cuadro, te dejo un ejercicio que te ayudará a desarrollar el cuidado de nuestra salud desde un lugar de respeto, amor y compasión. Lo puedes hacer en una libreta y con las metas que quieras lograr, lo rellenaré con un ejemplo:

¿Cómo puedo vivir una vida más saludable y por más tiempo? Quizá la respuesta siempre ha estado dentro de nosotras mismas. Te invito a que te sigas conociendo, aceptando y amando, es un gran primer paso para el cuidado de la salud.



Gracias por tu escrito. Me ha resonado mucho en muchos aspectos. Qué importante tener nuestro diálogo interno con comprensión y compasión. Asi, tal cual lo dices: como si le habláramos a una amiga.